En esta sección podrás encontrar temas como los siguientes:
-Origen y evolución del Sistema Solar.
-Composición del Sol.
-Los planetas principales.
-Nuevos hallazgos en el espacio.
-Otros cuerpos celestes.
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El Sistema Solar.El Sistema Solar está compuesto por el Sol, ocho planetas y sus satélites, además de asteroides, cometas, meteroides, polvo y gas interplanetario.
El Sol contiene el 99.85% de toda la materia del Sistema Solar. Los planetas, que están formados del mismo material que el Sol, contienen el 0.135% de la masa del Sistema Solar.
-Planetas Interiores: Mercurio, Venus, Tierra y Marte. Son rocosos y están constituidos principalmente por elementos pesados, como hierro, carbono, oxígeno y silicio, entre otros.
-Planetas Exteriores: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Todos los planetas son gaseosos. Compuestos mayoritáriamente de hidrógeno y helio.Origen y Evolución del Sistema Solar.
Desde la Antigüedad hasta nuestros días, el Sistema Solar es concebido por los astrónomos como una estructura con ciertas características comunes y que presenta ciertas regularidades, como las siguientes:
-El Sistema Solar es inmensamente plano.
-Todos los planetas describen una órbita alrededor del Sol aproximadamente en el plano del Ecuador Solar. Solo la órbita de Mercurio está inclinada.
-Todos los planetas orbitan el Sol en sentido contrario al de las manecillas del reloj. Este tipo de movimiento se llama directo.
-Todos los planetas, excepto Venus y Urano, presentan un movimiento de rotación alrededor de su eje en el mismo sentido que su translación alrededor del Sol.
-Los planetas se sitúan a distancias uniformemente crecientes a partir del Sol.-Los planetas describen órbitas casi circulares, cuya órbita es marcadamente elíptica.
-Casi todos los satélites dan vuelta alrededor de sus respectivos planetas en el plano del ecuador planetario y en sentido contrario al de las manecillas del reloj.
La observación de estas regularidades está en la base de las distintas hipótesis sobre la formación del Sistema Solar, indicando que, aparentemente, sus miembros se originaron al mismo tiempo.
Las diversas teorías propuestas a lo largo de la historia para explicar la formación de nuestro sistema planetario pueden agruparse en dos tipos: las catastrofistas y las evolutivas.
De acuerdo con las primeras, el Sol habría emergido como una estrella solitaria y los planetas lo habrían hecho después, como producto de un fenómeno violento.Las ideas evolutivas, en tanto, proponen que el Sistema Solar adquirió su actual fisonomía mediante un proceso progresivo y ordenado.
Uno de los enfoques catastroficos más difundidos fue el planteado en 1745 por el naturalista francés George-Louis Leclerc, conde de Bufón. Según Leclerc, el Sistema Solar tenía su origen en los restos de una colisión gigantesca entre el Sol y un cuerpo celeste, que llamó cometa por desconocimiento de la naturaleza de este último.
En las primeras décadas del siglo XX se especuló sobre la posibilidad de una colisión entre estrellas y también se sugirió que el Sol había tenido un compoañero que se transformó en supernova y dejó a los planetas como último legado (hipótesis planetesimal). En 1939, las hipótesis planetesimales fueron derribadas cuando el astrónomo estadounidense Lyman Spitzer demostró que un material proyectado a partir del Sol tendría una temperatura tan elevada que expandiría en forma de gas tenue y no se formarían en planetas. Esta comprobación desestabilizó todas las teorías catastrofistas.
Las teorías evolucionistas se inician con Immanuel Kant y Pierre Simon Laplace. Ellos plantearon la hipótesis nebular, según la cual el Sistema Solar se formó gracias a la contracción progresiva de una nebulosa primitiva en rotación.
Al contraerse, la velocidad de rotación de esta nebulosa aumentó la velocidad de rotación y empezó a proyectar un anillo de materia. Esto disminuyó en cierto grado el momento angular, de tal modo que se redujo la velocidad de giro de la nube restante; pero al seguir contrayéndose, alcanzó de nuevo una velocidad que le permitía proyectar otro anillo de materia. Así, el Sol fue dejando una serie de anillos, que se fueron condensando lentamente, para formar los planetas. Con el tiempo, estos expelieron, a su vez, pequeños anillos que dieron origen a sus satélites.
Actualmente, se considera que nuestro sistema se formó hace unos 4 mil 600 millones de años, a partir de una nube de gas y polvo que comenzó a girar alrededor de un núcleo más denso. Con el tiempo, la nube fue girando cada vez más rápido, el núcleo se volvió más denso y cliente, hasta que la presión dentro del mismo fue tan grande que los átomos de hidrógeno comenzaron a fusionarse y a liberar energía, formando un protosol, rodeado de gas y partículas, que más tarde daría origen al Sol. El resto de la nube se acumuló en pequeños puntos que se formaron en protoplanetas. Estos se convertirían en los planetas que hasta ahora conocemos. (Entre los primeros intentos de explicar el origen del Sistema Solar está la hipótesis nebular. De acuerdo con esta, una nube de gas se fragmentó en anillos que se condensaron formando los planetas).
EJE DE LOS PLANETAS: Mercurio: 0º. Venus: 177º Tierra: 23º Marte: 25º Júpiter: 3º Saturno: 27º Urano: 98º Neptuno: 30º.
Elementos del Sistema Solar:
Como se ha dicho, el Sistema Solar está conformado por el Sol, el astro principal del sistema, ocho planetas que giran en torno a él con sus respectivos satélites, asteroides, cometas, meteroides, polvo y gas interplanetario.
El Sol: el Sol es una estrella solitaria, de tamaño medio (un millón 400 mil kilómetros de diámetro), que se formó hace 4,5 billones de años. Está situado a dos tercios del centro de la galaxia y concentra casi el 99% de la materia del sistema solar. Las reacciones nucleares que se producen en su interior y que convierten el hidrógeno en helio generan energía que se manifiesta principalmente en forma de luz y calor.
En su centro, la temperatura se mantiene alrededor de los 15 millones de grados centígrados, lo que impide su contracción.
Este calor proviene de la permanente combustión de hidrógeno, por lo que su masa central disminuye a un ritmo de cuatro millones de toneladas de hidrógeno por segundo; aun así, posee combustible para continuar irradiando energía durante miles de millones de años.El Sol está estructurado por varias capas. Las principales, desde el interior hacia el interior, son las siguientes:
1. Campo Magnético: el Sol posee un enorme campo magnético que es transportado más allá de los planetas por el viento solar. Todos los planetas que conforman el Sistema solar están situados en este campo, por lo que suele denominarse campo magnético interplanetario.
El límite entre el campo magnético del Sol o interplanetario (heliosfera) y el campo mangético interestelar recibe el nombre de heliopausa.
Debido a la rotación del Sol , tanto el viento solar como su campo magnético forman una espiral.
2. La Corona: es la parte externa de la atmósfera solar, que alcanza más de un millón de kilómetros, abarcando el espacio interplanetario hasta puntos remotos dle Sistema Solar, expandiéndse en forma de "viento solar", que es un flujo de plasma.
El viento solar produce la expulsión de un millón de toneadas de partículas desde el Sol hacia el espacio en cada segundo. Este emerge, generalmente, por los agujeros de la corona, en las que el gas es más frío y menos denso que en el resto de esta capa. El viento solar puede durar varios meses, es veloz, muy fuerte y provoca alteraciones detectables desde el campo magnético de la Tierra. Está compuesto básicamente de protones y electrones, pero también contiene iones de casi todos los elementos de la tabla periódica. Se le considera como parte del proceso de continua expansión del Sol.
La densidad de la corona es muy baja: aproximadamente un billón de veces inferior a la de la atmósfera de la Tierra, a una altura de 90 km.
Su temperatura, en cambio, es altísima: se estima en alrededor de dos millones de grados celsius. La luz visible que emite la corona es muy débil comparada con la que emite la fotósfera solar; por esta razón, la corona no se ve a simple vista y solo puede observarse cuando se oculta completamente el disco solar, lo que puede producisrse en forma natural durante un eclipse o en forma artificial a través de un instrumento llamado coronógrafo, que oculta la imagen telescópica del Sol mediante un disco metálico.
El plasma de la corona solar emite radiación en diferentes longitudes de onda, pero con predominio de longitudes de onda muy cortas, como las de la lu ultravioleta extremo (UVE) y los rayos X. Esta radiación es aún eficientemente filtrada en nuestra atmósfera por la capa de ozono, lo que permite la preservación de la vida terrestre.3. La cromosfera: Esta capa bordea la superficie del Sol, emitiendo inmensas llamaradas de gases candetntes que se les llama espículas y alcanzan enormes distancias. Su nombre se debe a la luz rosada y roja emitida por los átomos de hidrógeno que la componen.
Estas llamaradas dispersan partículas eléctricas que pueden afectar las señales de radio y televisión transmitidas en la Tierra. Al interactuar con los gases de la atmósfera, estas partículas emitidas desde la cromósfera provocan los fenómenos atmosféricos conocidos como aurora boreal y aurora austral.4. La fotosfera: Es la superficie visible del Sol. Pese a su temperatura muy elevada (cerca de 10 mil grados Fahrenheit), su temperatura es menor que la de las capas interiores del Sol.
Sobre la fotosfera suelen aparecer oscuras y frías, con campos magnéticos intensos. Muchas veces, las manchas solares superan en tamaño a la Tierra. El número de manchas solares aumenta y disminuye periódicamente cada 11 años, fenómeno que los astrónomos aún no han podido explicar.
Si se observan las manchas solares por un telescopio, es posible apreciar que tienen una parte central oscura llamada umbra, rodeada de una región más clara conocida como penumbra. Las manchas solares son oscuras debido a que son más frías que la fotosfera que las rodea.
Los campos magnéticos de las manchas solares fueron descubiertos en 1908 por George Ellery Hale. Una mancha solar común tiene una densidad de flujo magnético de 0.25 teslas. En comparación, el campo magnético de la Tierra tiene una densidad de flujo de menos de 0.0001 teslas. Las manchas solares suelen aparecer en parejas, de modo que cada miembro del par presenta campos magnéticos que señalan sentidos opuestos.
5. Zona convectiva: En esta área, que se extiende por encima de la zona radiactiva, se produce el proceso de convección que transporta energía de la zona radiactiva del Sol, hacia la fotosfera. En este proceso emergen grandes burbujas de gas caliente desde una profundidad de aproximadamente 200 mil km.6. Zona radiactiva: Son capas de gases de hidrógeno y de helio donde se produce el transporte de energía (fotones) que irradia el núcleo hacia el exterior, es decir, a la ona convectiva. Aunque la energía viaja a la velocidad de la luz, se demora aproximadamente un millón de años en alcanzar la capa de interfaz.
7. El núcleo: consituye una verdadera planta de energía nuclear del Sol, ya que ocupa unos 139 mil km de radio solar. En esta zona se encuentra hidrógeno compactamente compreso, lo que produce que los átomos individuales choquen entre sí, formando átomos de helio más pesados.
Los planetas principales:
Los planetas son cuerpos opacos. No poseen luz propia, pero reflejan la luz solar.
En la actualidad, se conocen ocho planetas principales. Los cuatros que se encuentren más cercanos al Sol son de menor tamaño.
Los más lejanos, denominados planetas exteriores, son de mucho mayor tamaño.
Los planetas interiores son más densos. Su movimiento de rotación es lento y cuando poseen satélites naturales, estos son escasos.
Los planetas exteriores tienen baja densidad. Son gigantes gaseosos y su movimiento es rápido. Poseen muchos satélites, son más abultados en la zona ecuatorial y presentan anillos.
Los movimientos de los planetas son:
·El movimiento de rotación, por el cual el planeta gira en torno a su eje norte sur. Este movimiento determina la duración del día de cada plenta.
·El movimiendo de translación, que consiste en el desplazamiento del planeta en torno al Sol. Este determina el año planetario, que es más largo cuanto más distante se encuentra un planeta respecto del Sol.
Todas las órbitas de los planetas se hallan, aproximadamnte, en el plano ecuatorial del Sol, salvo el caso de Mercurio, cuya órbita es más inclinada.
Las órbitas de los planetas describen una eclipse en torno al Sol, aunque todas, exepto la de Mercurio, son casi circulares.
La distancia entre los planetas y el Sol es variable, debido a que este ocupa uno de los focos de la elipse.Al momento de menor distancia entre un planetaa y el Sol se le llama perihelio; el más distante recibe el nombre de afelio.
La forma de los planetas es casi esférica. En su centro poseen un núcleo que contiene la materia más compacta. Los gases, en cambio, cuando se presentan, forman una atmósfera que se sitúa sobre la superficie del planeta.
Mercurio:
El nombre de este planeta proviene de la antigua mitología grecorromana: Mercurio (Hermes para los griegos) era un dios de pies alados cuyo nombre fue puesto al planeta por la velocidad con que los pueblos de la Antigüedad lo veían moverse. Los griegos lo llamaban Apolo cuando se presentaba como estrella matutina y Hermes cuando aparecía al atardecer, aunque estaban conscientes de que se trataba de un solo cuerpo celeste.
Mercurio es el planeta más cercano al Sol. Su órbita es muy excéntrica; en el perhielio, su distancia es de 46 millones de km del Sol; su afelio, en cambio, esta aumenta a 70 millones de km. Su diámetro es de 4875 km. Su masa y densidad media sn algo inferiores a las de la Tierra. Las variaciones de temperatura son las más extremas del Sistema Solar, variando de 90ºK a 700ºK.
Orbita alrededor del Sol en 88 días (año mercuriano) y rota sobre su eje una vez cada 58,7 días. Este planeta no posee satélites, no tiene estaciones como las de Marte y la Tierra. Pero presenta un pequeño campo magnético y problablemente tiene un gran núcleo de hierro-níquel.
Refleja escasamente la luz solar, ya que su superficie es rocosa, porosa y oscura.
Mercurio tiene una atmósfera tenue, conformada por sodio y potasio. Los átomos de esta atmósfera son muchas veces arrancados de la superficie del planeta por el viento solar.
Su fuerza de gravedad es, aproximadamente, un tercio de la Tierra.
En su interior posee un gran núcleo ferroso y en su corteza externa predominan los silicatos, al igual que en nuestro planeta.
Este planeta no tiene satélites y presenta un pequeño campo magnético.
La sonda especial Mariner 10 sobrevoló Mercurio dos veces en 1974 y una en 1975. Las fotografías muestran un gran parecido entre este planeta y la Luna, por la abundancia de cráteres en su superficie; sin embargo, a diferencia de nuestro satélite, Mercurio está atravesando por grandes fracturas, quizá procedente del proceso de contracción que experimentó durante su período de enfriamiento.
Venus:
Este planeta, que irradia mayor brilla, leva el nombre de la diosa romana de la belleza y del amor (Afrodita en la mitología griega). Al principio se creyó que se trataba de dos cuerpos: Phosphorus, estrella matutina, y Herperus, estrella vespertina. Esto se debió, probablemente, a que Venus solo es visible durante tres horas antes del amanecer o tres horas después del ocaso. Por eso, hasta nuestros días se le llama lucero del alba cuando aparece por el este, al amanecer, y lucero de la tarde, cuando está situado al oeste, al atardecer. Esto ocurre cada 19 meses.
Venus es el segundo planeta más próximo al Sol y el sexto en orden de tamaño. Es el objeto más brillante del cielo, después del Sol y de la Luna.
El planeta Venus muestra fases como la Luna. Su máxima brillantez la alcanza en su fase Creciente. Las fases y las posiciones de Venus en el cielo se repiten en un periodo de 1,6 años.
La rotación de Venus es extremadamente lenta. Una rotación sobre su eje equivale a 243 días terrestres. El sentido de la rotación es contrario al de la Tierra, es decir, de este a oeste. El año de Venus es más corto que el día, ya que una traslación completa en torno al Sol demora solo 225 días.
Venus se parece mucho a la Tierra en varios aspectos: su diámetro y masa son muy semejantes; ambos presentan escasos y cráteres, por lo que se estima que sus superficies son más bien jóvenes, y su densidad y composición química son similares.
Debido a estas semejanzas, se pensó que su aspecto, bajo sus densas nubes, podría ser parecido y que podría albergar vida.
Sin embargo, su presión atmosférica, que equivale a 90 atmósferas terrestres, el predominio del monóxido de carbono en su atmósfera, que está formada en su mayor parte por dióxido de carbono (97%), nutrógeno y argón, además de las gruesas capas de nubes de ácido sulfúrico y partículas de azufre, producen un efecto invernadero tan intenso, que la temperatura de la superficie se elva hasta más de 400ºC en algunas zonas, lo que impiden el desarrollo de la vida.
En Venus no existen océanos y prácticamente no hay agua. Muchos científicos creen que el efecto invernadero provocó que se evaporaran algunos océanos en la atmósfera. Los átomos de hidrógeno de las moléculas de agua podrían haberse perdido en el espacio y los átomos de oxígeno, en la corteza. OTra posibilidad es que, en principio, tuviera muy poca agua.
En las nubes superiores hay fuertes vientos que recorren el planeta a una velocidad de 360 km/h, soplando en casi todas las latited, desde el ecuador a los polos. Tiene muchos volcanes, al menos uno activo, lo que hace que el 85% de su superficie esté cubierta por roca volcánica. La lava ha formado surcos, algunos muy largos (hay uno de 7 mil km). También hay cráteres formados por impacto de grandes meteoritos; los pequeños no han dejado huella porque se deshacen en la espesa atmósfera. No posee campo magnético ni satélites conocidos, solo existe una magnetosfera inducida por el viento solar.
Tierra:
A nuestro planeta se le ha dado cientos de nombres distintos en las diversas lenguas. Para los romanos, la diosa de la Tierra era Tellus, que significa suelo fértil. Los griegos, por su parte, le llamaban Gaia (Gea), es decir, Tierra madre. De esta denominación derivan las palabras como geografía, geología, geometría, etc., todas referidas al estudio de la Tierra desde diversas perspectivas.
El nuestro es el único planeta conocido que tiene vida, aunque algunos de los otros planetas poseen atmósfera y agua.
Es el tercer planeta a partir del Sol y el quinto en cuanto a tamaño respecto de los 8 planetas principales. La distancia media de la Tierra al Sol es de 149 millones 503 mil km.
La Tierra no es una esfera perfecta porque en el Ecuador está algo abultada, el polo norte está levemente dilatado y el polo sur aparece ligeramente hundido.
Al igual que todo el sistema solar, la Tierra está en permanente movimiento, desplazándose por el espacio hacia la constelación de Hércules a una velocidad de más de 70 km/h. Además, hay que considerar que la Vía Láctea como un todo se mueve hacia la constelación de Leo a unos 600 km/s.
La Tierra y su satélite, la Luna, también giran juntos en una órbita casi circular alrededor del Sol. La circunferencia aproximada de la órbita de la Tierra es de 938 millones 900 mil km y la velocidad de desplazamiento de nuestro planeta a lo largo de ella es de unos 106 mil km/h, completando una vuelta cada 365 días y 6 horas (un año terrestre).
Gira sobre su eje una vez cada 24 horas. Por su forma esférica, la velocidad de rotación no es la misma en toda la Tierra, siendo mayor en el Ecuador y menor hacia los polos.
Presenta además otros movimientos, como la precesión de los equinoccios, que es la variación de los puntos en que se producen estos, y la nutación, que es una variación periódica en la inclinación del eje de la Tierra provocada por la atracción gravitacional del Sol y de la Luna.
Este planeta es el cuerpo más denso del Sistema Solar. Su estructura presenta 5 capas que desde el exterior hacia el interior son las siguientes: la atmósfera, que es gaseosa; la hidrósfera, que es líquida; y la litósfera, manto y núcleo, que son sólidos.
·La atmósfera: es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Su grosor es de más de 1100 km, aunque más de la mitad de su masa se concentra en los 6 km más cercanos a la superficie terrestre.
·La hidrosfera: está formada por el agua que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra: principalmente por los océanos, pero también por mares interiores, lagos, ríos y aguas subterráneas. La Tierra es el único planeta del Sistema Solar que puede contener agua líquida en su superficie.
·La litosfera: es una capa rígida de unos de 100 km de profundidad, compuesta por diversos minerales. Las rocas de la litosfera contienen principalmnte oxígeno, silicio, aluminio, hierro y calcio; porcentajes menores de sodio, potasio, magensio, titanio, hidrógeno y fósforo; y cantidades ínfimas de carbón, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo, flúor, circonio níquel, estroncio y vanadio. Estos ele,mentos se presentan generalmente en forma de compuestos, esto es, mezclados con los otros. Además, la litosfera comprende dos capas, la corteza y el manto superior, que se dividen en unas 12 placas tectónicas rígidas. El manto superior está separado de la corteza por una discontinuidad de Mohorovic, y del manto inferior por una zona débil conocida como astenosfera. La corteza se divide en dos partes: la siálica o superior, que forman parte de los continentes, y está constituida por rocas, y la corteza simática o ingerior, que forma la base de las cuencuas oceánicas y está compuesta por rocas ígneas.
·El manto y el núcleo: constituyen la mayor parte de la masa de la Tierra. Están conformados principalmente por hierro y níquel.
Marte, al que los griegos llamaban Ares, era el dios romano de la guerra. La asociación con la guerra pudo deberse al color rojo del planeta, que evoca la sangre derramada.
Este planeta ya era conocido en tiempos prehistóricos. En nuestra época ha sido el favorito de los escritores de ciencia ficción, debido a que se le consideraba como el planeta, de nuestro sistema, con mayores probabilidades de albergar vida semejante a la de la Tierra, lo que ha sido descartado por las exploraciones espaciales y las investigaciones científicas.
Marte es el cuarto planeta desde el Sol y el séptimo en cuanto a masa. A su alrededor giran dos pequeños satélites con cráteres; Fobos, de unos 21 km de diámetro, y Deimos de solo unos 12; estos satélites podrían haber sido asteroides atraídos por el campo gravitacional del planeta en sus orígenes.
Puede observarse en el firmamento como un astro rojizo, cuyo brillo varía dependiendo de la distancia en que se encuentre respecto a la Tierra. En sus momentos de mayor cercanía se distingue en las noches como el objeto más brillante después de la Luna y de Venus.
Su tono rojizo característico se debe a la oxidación o corrosión de su superficie. Sobre ella se pueden observar a través del telescopio zonas oscuras formadas probablemente por rocas similares al basalto terrestre, cuya superficie se ha erosionado y oxidado. También se aprecian zonas brillantes de color rojizo que podrían estar compuestas por material semejante, pero menos erosionado y oxidado.
La órbita de Marte es pronunciadamente elíptica. Como producto de ello, el rango de variación de la temperatura entre el afelio y el perihelio es amplio, lo que afecta el clima del planeta. La inclinación de su eje y la forma elíptica de su órbita hacen que en Marte los veranos sean cortos y calurosos, y los inviernos, largos y fríos. La temperatura superficial, que en invierno desciende hasta -133ºC, puede elevarse hasta 27ºC en verano. Con la excepción de la Tierra, Marte tiene el relieve más diverso de todos los planetas y presenta extremos impresionantes, entre los que se destacan:
· Olympus Mons: la montaña más alta del Sistema Solar, con una altura de 24 km sobre la llanura circundante. El diámetro de su base es de más de 500 km y está rodeado por un acantilado de 6 km.
· Tharsis: especia de meseta gigantesca de 10 km de altura.
· Valles Marineris: sistema de cañones de 4 mil km de largo y de 2 a 7 km de profundidad.
· Hellas Planitia: cráter de impacto en el hemisferio sur del planeta, de 6 km de profundidad y dos mil km de diámetro.
La mayor parte de la superficie marciana es muy antigua y presenta profusión de cráteres, pero también contiene valles de fractura, crestas, colinas y planicies, mucho más jóvenes.
Actualemente existe certeza de que en algún momento de su pasado el planeta tuvo agua en la superficie, en forma de grandes lagos y océanos. Al parecer, este fenómeno ocurrió en tiempos muy remotos y su duración fue escasa. A juzgar por las evidencias, Marte fue afectado por la erosión en varias regiones: quedan vestigios de grandes inundaciones y pequeños sistemas fluviales. La edad de los canales de erosión se ha calculado en alrededor de 4 mil millones de años.
La atmósfera de Marte es muy tenue y está compuesta principalmente de dióxido de carbono (95,3%), nitrógeno (2,7%), argón (1,6%), oxígeno (0,15%) y agua (0,03%). En la atmósfera marciana se forman nubes de dióxido de carbono helado, neblinas y nubes de hielo y gran altitud y extensas nubes amarillas compuestas de polvo levantado por los vientos durante los veranos del hemisferio sur. El planeta es azotado por vientos muy intensos y grandes tormentas de polvo que, incluso, pueden recorrer el planeta entero durante meses.
La presión atmosférica es, aproximadamente, un 1% de la que presenta la Tierra y fluctúa entre 9 milibares en las depresiones más profundas y 1 milibar en la cima del Olympus Mons.
La superficie de Marte presenta diversos tipos de formaciones permanentes, entre las cuales las más fáciles de observar son dos grandes manchas blancas situadas en las regiones polares, llamadas casquetes polares, que contienen fundamentalmente dióxido de carbono sólido (hielo seco).
Cuando llega la estación fría, el depósito de hielo prpetuo empieza a cubrirse con una capa de escarcha debido a la condensación del vapor de agua. Sin embargo, en el hemisferio opuesto, la primavera hace que la temperatura suba por encima de -120ºC, lo cual provoca la sublimación (de sólido a gaseoso, sin pasar por líquido) de la nieve y el retroceso del casquete polar. En el verano austral, el dióxido de carbono se sublima por completo, mientras que el norte no lo ha hecho nunca.
Carece de placas tectónicas activas, ya que no hay evidencia de movimientos horizontales de la superficie, tales como los plegamientos montañosos, tan comunes en la Tierra. Este hecho, junto con una menor gravedad en su superficie, son la causa de fenómenos tales como la protuberancia de Tharsis y sus enormes volcanes.
Júpiter:
Júpiter, o Zeus para los griegos, era hijo de Cronos (Saturno) y rey de los dioses del Olimpo. Probablemente deba su nombre a que es el planeta de mayor tamaño del Sistema Solar.
Es el quinto en distancia al Sol y tiene más del doble de masa que el resto de los planetas juntos. A pesar de su enorme volumen, su densidad es muy baja, aproximadamente una cuarta parte de la densidad de la Tierra, lo que se explica por su composición casi entera gaseosa.
Se encuentra a unos 780 millones de kilómetros del Sol y demora cerca de 12 años en completar una órbita a su alrededor.
Su movimiento de rotación, en cambio, es muy rápido, demorando solo cerca de 10 horas en dar un giro completo alrededor de su eje. Por esta razón, el planeta es notoriamente abultado en su zona ecuatorial. Al observarlo telecópicamente, también es posible apreciar franjas de colores sobre su superficie, las que se deben a la existencia de fuertes corrientes atmosféricasque reflejan las diferentes velocidades de rotación en las distintas latitudes. También se ve una inmensa mancha con diversas tonalidades de rojo, producidas por compuestos formados por la luz ultravioleta, las tormentas y el calor; este fenómeno, conocido como la Gran Mancha Roja, corresponde a un gigantesco ciclón de forma ovalada.
Los satélites de Júpiter detectados hasta ahora son 63. Los cuatro principales (Ío, Europa, Ganímides y Calisto) fueron descubiertos en el siglo XVII por Galileo. La densidad de estos satélites es mayor cuando más cerca se encuentran del planeta. Algunos de ellos tienen tamaños mayores a otros planetas del sistema.
Los satélites Ganímides y Europa poseen una tenue atmósfera de oxígeno.
En la superficie de Ío de observan importantes contrastes de colores, presentando áreas blancas con manchas negras y zonas con tonos amarillos y café. En este satélite existe una permanente acción volcánica que ha sido detectada rpor las exploraciones y observaciones espaciales.
Los demás satélites de Júpiter son más pequeños, y se presentan en grupos de cuatro. También en ellos se observan vestigios de acción volcánica. Algunos nombres de los satélites de Júpiter son: Metis, Adrastea, Amaltea, Tebas, Leda, Himalia, Lisitea, Elara, Ananke, Carme, Parsifea, y Sinope.
A fines de la década del 70, la nave espacial VOyager descubrió un sistema de anillos tan tenue que no es observable desde la Tierra. Captó imágenes de dos anillos: uno principal, plano y otro interior (el halo) con forma de nube. A fines del siglo XX, la sonda espacial Galileo confirmó la existencia de un tercer anillo doble (uno dentro de otro). Se piensa que se formó con polvo desprendidas del choque de meteoritos con los satélites de Júpiter.
Lleva el nombre del dios romano Saturno, que corresponde al dios griego Cronos, hijo de Urano y Gaia -la Tierra- y padre de Zeus.
Es el sexto planeta desde el Sol y el segundo más grande del Sistema Solar. Su rasgo más característico es el sistema de anillos que lo rodea.
Saturno fue descubierto en el siglo XVII por Galileo, quien supuso que los anillos estaban unidos al cuerpo central del planeta. Christiaan Huygens, científico neerlandés, fue el primero en descubrir el anillo de Saturno y el satélite Titán.
Los anillos se encuentran divididos en varios distintos, separados por brechas. Estos están compuestos de muchas pequeñas partículas de cerca de 10 metros de diámetro. Se piensa que se originaron en un satélite que chocó contra un planeta menor o por el impacto de cometas y meteroides, o que procede de materia que estaba presente cuando los planetas se formaron. Podrían estar compuestos por hielo mezclado con polvo como los que forman los cometas. Los siete anillos principales contienen, a su vez, más de 100 mil pequeños anillos que giran ent rono al planeta. Solo dos de ellos se pueden observar claramente a través del telescopio; para captar los demás se requieren condiciones atmosféricas ópticas e instrumentos de gran sensibilidad.
Los astrónomos han descubierto, además, nueve satélites que giran alrededor de Saturno.
La densidad de los satélites de Saturno es muy baja y reflejan mucha luz. Esto hace pensar que la materia más abundante es el agua congelada, casi un 70%, y el resto son rocas. De ellos, Titán es el mayor, con un diámetro de 5150 km y gira alrededor de Saturno en poco menos de 16 días.
También está Japeto, uno de los satélites más extraños, ya que tiene una cara oscura y otra clara. El planeta es bastante abultado en su zona ecuatorial, como producto de su rápida rotación, ya que solo demora cerca de 10 horas en dar un giro completo alrededor de su eje. En su superficie es posible apreciar una serie de franjas paralelas de diversas tonalidades que, probablemente, correspondan a corrientes formadas por las diferentes velocidades de rotación a distintas latitudes.
Saturno ha sido explorado por diversas sondas espaciales que han obtenido valiosa información y fotografías espectaculares de su superficie. Entre ellas, destacan las exploraciones de las naves Pioner 11, Voyager 1 y 2, y Canissi.
La densidad del planeta es muy baja, dado que su composición es básicamente gaseosa, siendo el hidrógeno su principal elemento. Este se hace líquido hacia el interior del planeta y se condensa en hidrógeno metálico en su centro. En estas condiciones, es un poderoso conductor eléctrico, produciendo corrientes que forman el campo magnético del planeta. En el centro de este cuerpo celeste se ha formado un pequeño núcleo rocoso que se encuentra a altísimas temperaturas.
Urano:
Este planeta fue descubierto a fines del siglo XVIII y debe su nombre al primer dios supremo de los griegos, esposo de Gaia y padre de Cronos (Saturno) y de los cíclopes y titanes que antecedieron a los dioses del Olimpo.
Es el séptimo planeta desde el Sol y el sexto en tamaño. No es observable a simple vista desde la Tierra.
Urano se encuentra a unos 2870 millones de km del Sol y su traslación alrededor del astro demora 84 años. Su movimiento de rotación, en cambio, se realiza en cerca de 17 horas.
Urano se caracteriza por su posición muy inclinada, en comparación con los demás planetas del sistema. Su eje está inclinado 98° respecto del plano de su órbita alrededor del Sol, por lo que presenta la particularidad de recibir más calor en las regiones polares que en las ecuatoriales, a diferencia de los planetas restantes.
La atmósfera de Urano se compone principalmente de hidrógeno y cantidades menores de helio y metano. Este último elemento le da al planeta su colorido característico, el tono verde azulado. En su centro tiene un pequeño núcleo rocoso cubierto por una capa de helio.
Urano es uno de los planetas gigantes: su volumen es 67 veces el de la Tierra, su masa es muy superior a la de nuestro planeta, pese a ser fundamentalmente gaseoso, y su gravedad es también superior.
Al igual que Saturno, tiene también un sistema de anillos, el que solo fue descubierto en el último cuarto del siglo XX. Los primeros aniñños encontrados se denominan Alpha, Beta, Gamma, Delta y Epsilon, desde el interior hacia el exterior. En 1986, la sonda espacial Voyager 2 detectó 4 anillos más.
Estos son grises y reflejan muy poco la luz, y son, por tanto, probablemente de polvo. Deben ser más jóvenes que 100 millones de años, y es probable que se haya formado a partir de la desintegración de una pequeña luna debido a la colisión con un meteroide o un cometa.
Además, Urano tiene una gran cantidad de satélites: dos de ellos, Titania y Oberon, fueron descubiertos por Herschel, en 1787. Ariel y Umbriel fueron descubiertos en 1851, y Miranda en 1948. Algunos nombres de otros satélites de Urano son: Cordelia, Ofelia, Bianca, Cressida, Desdémona, Julieta, Porcia, Rosalind, Belinda, Puck, Caliban y Sycorax.
En la década de los ochenta, el VOyager 2 detectó otros 10 objetos y seis más han sido encontrados en los últimos años a través de telescopio de alta resolución.
Todos los satélites tienen cráteres de impacto sobre ellos. Ariel y Umbriel tienen 1200 km de diámetro, pero su superficie es muy diferente. Ariel muestra signos de actividad geológica en gran escala, su temperatura es muy baja y se ha sugerido una mezcla de amoníaco líquido y hielo de agua. Umbriel está cubierto de cráteres y casi no muestra signos de actividad geológica, y Miranda tiene solo 500 km de diámetro; sin embargo, muestra complejas y entrecruzadas estructuras geológicas.
Neptuno:
Este planeta lleva el nombre del dios romano del mar y fue descubierto recién a mediados del siglo XIX.
Es el octavo planeta desde el Sol y el cuarto más grande en el Sistema Solar. Neptuno orbita alrededor del Sol a una distancia de unos 4500 millones de km. Su volumen es enorme, unas 72 veces el de la Tierra, y su masa es también mucho mayor, pese a estar formado principalmente por gases.
Su movimiento de rotación es más rápido que el de la Tierra, demorando solo unas 16 horas en rotar sobre su eje; su movimiento de traslación, en cambio, muy lento; un año de Neptuno equivale a cerca de 165 años terrestres.
Es probable que tenga un núcleo constituido por rocas y hielo, y una atmósfera formada por hidrógeno, helio y un pequeño porcentaje de gas metano, que le proporciona el color azul verdoso con que puede observarse a través del telescopio. Su temperatura es cercana a los -260°C. Es un planeta dinámico, con manchas que recuerdan las temperaturas de Júpiter. La más grande es la Gran Mancha Oscura, que tenía un tamaño similar al de la Tierra y que desapareció en 1994; pero al poco tiempo se formó otra. Los vientos más fuertes de cualquier planeta del Sistema Solar son los de Neptuno. Muchos de ellos soplan en sentido contrario al de rotación. Cerca de la Gran Mancha Oscura se han medido vientos de 2000 km por hora.
El campo magnético, como el de Urano, está bastante inclinado, 47° respecto del eje de rotación y desplazado al menos unos 13500 km del centro físico. Comparando los campos magnéticos de los otros planetas, los investigadores piensan que la extrema orientación podría ser característico de los flujos en el interior del planeta.
Hipótesis científicas suponen que Neptuno puede contar con alguna fuente interna de calor, ya que su temperatura es semejante a la de Urano, que se encuentra más de 1500 km más cerca del Sol.
Neptuno tiene un sistema de 11 satélites: el mayor, Tritón, con un diámetro de 2705 km, es poco menor que la luna terrestre. Su órbita tiene un movimiento retrógrado, es decir, opuesto a su dirección primaria de rotación, a diferencia de cualquier otro satélite importante del Sistema Solar. A pesar de su temperatura extremadamente fría, tiene una atmósfera de nitrógeno con algo de metano y una cierta neblina. También muestra una activa superficie de géiseres que arrojan una materia subterránea desconocida; el segundo, Nereo (descubierto en 1949), tiene un diámetro solo de unos 320 km. La sonda planetaria Voyager 2 descubrió otros seis satélites en 1989 y tres que fueron encontrados en 2003, por medio de imágenes obtenidas con poderosos telescopios ubicados en observatorios terrestres. Además de estos satélites, Neptuno posee un sistema de 4 anillos estrechos, delgados y tenues, difíciles de distinguir desde telescopios terrestres. Se formaron a partir de partículas de polvo, arrancadas de las lunas interiores por los impactos de meteoritos pequeños.
Nuevos hallazgos en el Sistema Solar:
En noviembre del 2003, los astrónomos detectaron la existencia de lo que podría ser el décimo planeta (recordemos que en ese tiempo, Plutón era considerado un planeta, hasta que lo despacharon de su puesto al ser muy pequeño, y orbitar en la misma órbita de su supuesto satélite natural Caronte) del Sistema Solar. Este ha sido llamado Sedna, como la diosa inuit (esquimal) del océano.
Sedna gira en torno al Sol, mucho más allá de Plutón, prácticamente el doble que se separa Plutón de nuestro planeta.
Su volumen es aproximadamente unas 3/4 partes que el de Plutón. Es, sin embargo, mayor que otros dos planetoides descubiertos en el 2004: DW y Quaoar (bautizado con el nombre de un dios del submundo de los indios de Los Ángeles).
El descubrimiento de estos objetos celestes ha llevado a los científicos a replantear la estructura del Sistema Solar, dividiendo a los planetas en mayores y menores. Los planetas mayores son: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno; los cuatro primeros son los interiores, pequeños, sólidos, y con escasos satélites; los cuatro últimos son los exteriores, gigantes, gaseosos, con abundantes satélites y sistemas de anillos.
Los planetas menores son cientos de astros pequeños que giran alrededor del Sol en forma aislada o formando parte de agrupaciones, como el cinturón de Asteroides, que se encuentra entre Marte y Júpiter; el Cinturón de Kuiper, que está más allá de Neptuno y la Nube de Oort, un conjunto de cometas que se encontraría a mitad de camino entre el Sol y la estrella más cercana. Desde esta perspectiva, Plutón, Sedna y los planetoides 2004 DW y Quaoar serían algunos de la inmensa cantidad de planetas menores que conforman el Sistema Solar.
Extrapolares o Extrasolares:
Son los planetas que giran en torno a otras estrellas, es decir, no pertenecen a nuestro sistema planetario.
Tal vez sean numerosos, pero resultan muy difíciles de detectar; hasta ahora, los astrónomos han utilizado métodos indirectos para hacerlo, tales como calcular la masa del planeta por las alteraciones que causa en el movimiento de su estrella, debido a la atracción gravitacional que ejercen sobre ella, o a través de las variaciones de luminosidad de la estrella cuando el planeta pasa delante de ella.
Los avances en la tecnología de observación astronómica han permitido incluso captar sistemas planetarios en formación alrededor de lejanas estrellas. Los planetas se originarían a partir de discos de polvo y gas que aparecen alrededor de las estrellas, igual como se constituyó nuestro propio Sistema Solar. Situaciones como estas se han logrado observar y fotografiar con telescopios modernos de alta resolución, como el espacial Hubble.
En la última década del siglo XX se descubrieron los primeros planetas extrasolares, algunos de un volumen comparable al de Júpiter. Estos orbitan en torno a las estrellas 52 Pegasi, 47 Ursae Maioris y 70 Virginis, todas ellas semejantes al Sol. Al terminar el siglo pasado, los hallazgos de planetas extrasolares se elevaban ya a unos 20.
En los primeros años de este siglo se han encontrado muchísimos nuevos planetas extrasolares, algunos de ellos conformando sistemas planetarios.
Hoy se reconocen cerca de 150 planetas extrasolares en más de110 sistemas planetarios. Muchos de estos descubrimientos se deben al trabajo hecho desde el observatorio espacial Hubble, que ha aportado la mayoría de la información que se tiene sobre planetas y sistema planetario fuera de nuestro Sistema Solar.
Otros cuerpos celestes:
Asteroides: son pequeños cuerpos rocosos que se mueven en órbitas, especialmente conformando un cinturón entre las órbitas de Marte y Júpiter. Estos miles de pequeños astros pueden tener dimensiones muy variadas, desde Ceres, con un diámetro de 1000 km, hasta granos microscópicos.
Los cuerpos más pequeños que orbitan el Sol se llaman meteroides. Ocasionalmente, son atraídos por la gravedad terrestre y atraviesan la atmósfera, estrellándose contra la Tierra; a estos cuerpos se les llama meteoro. Este fenómeno se puede observar en el cielo nocturno como un rayo de luz provocado por la entrada del meteoro a la atmósfera terrestre. Su luminosidad se produce cuando comienza su vaporización, al momento de rozar la atmósfera terrestre a gran velocidad. A veces tienen la forma de una bola de fuego seguida de una estela de luz, como la de un cometa; también, en ocasiones, pueden hacer explosión con un fuerte sonido.
Los fragmentos de meteoros han resistido el impacto con la atmósfera y han alcanzado la superficie de la Tierra o de otro planeta en forma sólida se denominan meteoritos. En nuestro planeta, se han encontrado meteoritos ferrosos, compuestos fundamentalmente de hierro y pequeños porcentajes de otros metales; pétreos, que son meteoritos rocosos formados por silicatos; y pétreo-ferrosos, que contienen proporciones de roca y de hierro.
Cometas: son pequeños astros, generalmente formados por roca y hielos, que giran alrededor del Sol. En ciertos tramos del recorrido de su órbita se acercan al Sol, lo que produce una elevación de su temperatura; esta provoca el desprendimiento de vapores y polvo, formando la larga y luminosa cola que les otorga la espectacularidad con la que son vistos en el espacio. Las órbitas de los cometas son muy variables: a veces son desviados por las fuerzas gravitacionales hacia el Sistema Solar interior; cuando se acercan a Júpiter, pueden ser atraídos por su potente campo gravitatorio, adoptando ocasionalmente órbitas mucho más pequeñas. El cometa más conocido es el Halley, que retorna cada 75 años. Su último acercamiento a la Tierra ocurrió en 1986. En ocasiones, se producen colisiones entre cometas y otros cuerpos celestes. En 1994, fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 se estrellaron contra Júpiter a una enorme velocidad, lo que produjo explosiones gigantescas, formándose bolas de fuego más grandes que la Tierra. Respecto al origen de los cometas, actualmente se hipotetiza que estos corresponden a residuos de material planetario que datan de los orígenes del Sistema Solar y que en su mayoría conforman un anillo que rodea al Sol más allá de la órbita de Plutón; esta es la llamada Nube de Oort.
Meteoritos: los meteoritos so cuerpos u objetos que giran alrededor del Sol o que se encuentra en el espacio interplanetario, y cuyo tamaño es demasiado pequeño como para se considerados asteroides o cometas.
Cuando estos cuerpos son atraídos por la gravedad terrestre y atraviesan la atmósfera, se produce el fenómeno llamado meteoro o estrella fugaz, que es un destello luminoso provocado por la incandescencia, generado por el roce del objeto con la atmósfera, dando la apariencia de una "estrella que cae". Generalmente, en ese proceso de contacto y fricción con la atmósfera, el objeto se desintegra completamente.
Los fragmentos rocosos que sobreviven al atravesar la atmósfera de la Tierra hasta llegar al suelo reciben el nombre de meteoritos. El paso de los meteoros por la atmósfera va acompañado de un fuerte estruendo o ruido. Su velocidad inicial es de 30 a 60 km por segundo, pero disminuye rápidamente en muy poco tiempo y se calcula que a partir de los 20 ó 40 km de altitud llegan al suelo en caída libre. La mayoría de los meteoritos que arriban a la superficie terrestre pasan inadvertidos porque caen en zonas deshabitadas, como océanos o desiertos. A diferencia de los más grandes, que pueden llegar a hacer un cráter de notable tamaño al chocar contra el suelo. Se ha calculado que cada año caen en nuestra atmósfera más de 20 mil toneladas de material del espacio. Alrededor del Sistema Solar hay, además, innumerables granos de polvo que giran formando una nube. Estas pequeñas partículas se llaman micrometeroides y proceden principalmente de asteroides y de cometas.
Saturno ha sido explorado por diversas sondas espaciales que han obtenido valiosa información y fotografías espectaculares de su superficie. Entre ellas, destacan las exploraciones de las naves Pioner 11, Voyager 1 y 2, y Canissi.
La densidad del planeta es muy baja, dado que su composición es básicamente gaseosa, siendo el hidrógeno su principal elemento. Este se hace líquido hacia el interior del planeta y se condensa en hidrógeno metálico en su centro. En estas condiciones, es un poderoso conductor eléctrico, produciendo corrientes que forman el campo magnético del planeta. En el centro de este cuerpo celeste se ha formado un pequeño núcleo rocoso que se encuentra a altísimas temperaturas.
Urano:
Este planeta fue descubierto a fines del siglo XVIII y debe su nombre al primer dios supremo de los griegos, esposo de Gaia y padre de Cronos (Saturno) y de los cíclopes y titanes que antecedieron a los dioses del Olimpo.
Es el séptimo planeta desde el Sol y el sexto en tamaño. No es observable a simple vista desde la Tierra.
Urano se encuentra a unos 2870 millones de km del Sol y su traslación alrededor del astro demora 84 años. Su movimiento de rotación, en cambio, se realiza en cerca de 17 horas.
Urano se caracteriza por su posición muy inclinada, en comparación con los demás planetas del sistema. Su eje está inclinado 98° respecto del plano de su órbita alrededor del Sol, por lo que presenta la particularidad de recibir más calor en las regiones polares que en las ecuatoriales, a diferencia de los planetas restantes.
La atmósfera de Urano se compone principalmente de hidrógeno y cantidades menores de helio y metano. Este último elemento le da al planeta su colorido característico, el tono verde azulado. En su centro tiene un pequeño núcleo rocoso cubierto por una capa de helio.
Urano es uno de los planetas gigantes: su volumen es 67 veces el de la Tierra, su masa es muy superior a la de nuestro planeta, pese a ser fundamentalmente gaseoso, y su gravedad es también superior.
Al igual que Saturno, tiene también un sistema de anillos, el que solo fue descubierto en el último cuarto del siglo XX. Los primeros aniñños encontrados se denominan Alpha, Beta, Gamma, Delta y Epsilon, desde el interior hacia el exterior. En 1986, la sonda espacial Voyager 2 detectó 4 anillos más.
Estos son grises y reflejan muy poco la luz, y son, por tanto, probablemente de polvo. Deben ser más jóvenes que 100 millones de años, y es probable que se haya formado a partir de la desintegración de una pequeña luna debido a la colisión con un meteroide o un cometa.
Además, Urano tiene una gran cantidad de satélites: dos de ellos, Titania y Oberon, fueron descubiertos por Herschel, en 1787. Ariel y Umbriel fueron descubiertos en 1851, y Miranda en 1948. Algunos nombres de otros satélites de Urano son: Cordelia, Ofelia, Bianca, Cressida, Desdémona, Julieta, Porcia, Rosalind, Belinda, Puck, Caliban y Sycorax.
En la década de los ochenta, el VOyager 2 detectó otros 10 objetos y seis más han sido encontrados en los últimos años a través de telescopio de alta resolución.
Todos los satélites tienen cráteres de impacto sobre ellos. Ariel y Umbriel tienen 1200 km de diámetro, pero su superficie es muy diferente. Ariel muestra signos de actividad geológica en gran escala, su temperatura es muy baja y se ha sugerido una mezcla de amoníaco líquido y hielo de agua. Umbriel está cubierto de cráteres y casi no muestra signos de actividad geológica, y Miranda tiene solo 500 km de diámetro; sin embargo, muestra complejas y entrecruzadas estructuras geológicas.
Neptuno:
Este planeta lleva el nombre del dios romano del mar y fue descubierto recién a mediados del siglo XIX.
Es el octavo planeta desde el Sol y el cuarto más grande en el Sistema Solar. Neptuno orbita alrededor del Sol a una distancia de unos 4500 millones de km. Su volumen es enorme, unas 72 veces el de la Tierra, y su masa es también mucho mayor, pese a estar formado principalmente por gases.
Su movimiento de rotación es más rápido que el de la Tierra, demorando solo unas 16 horas en rotar sobre su eje; su movimiento de traslación, en cambio, muy lento; un año de Neptuno equivale a cerca de 165 años terrestres.
Es probable que tenga un núcleo constituido por rocas y hielo, y una atmósfera formada por hidrógeno, helio y un pequeño porcentaje de gas metano, que le proporciona el color azul verdoso con que puede observarse a través del telescopio. Su temperatura es cercana a los -260°C. Es un planeta dinámico, con manchas que recuerdan las temperaturas de Júpiter. La más grande es la Gran Mancha Oscura, que tenía un tamaño similar al de la Tierra y que desapareció en 1994; pero al poco tiempo se formó otra. Los vientos más fuertes de cualquier planeta del Sistema Solar son los de Neptuno. Muchos de ellos soplan en sentido contrario al de rotación. Cerca de la Gran Mancha Oscura se han medido vientos de 2000 km por hora.
El campo magnético, como el de Urano, está bastante inclinado, 47° respecto del eje de rotación y desplazado al menos unos 13500 km del centro físico. Comparando los campos magnéticos de los otros planetas, los investigadores piensan que la extrema orientación podría ser característico de los flujos en el interior del planeta.
Hipótesis científicas suponen que Neptuno puede contar con alguna fuente interna de calor, ya que su temperatura es semejante a la de Urano, que se encuentra más de 1500 km más cerca del Sol.
Neptuno tiene un sistema de 11 satélites: el mayor, Tritón, con un diámetro de 2705 km, es poco menor que la luna terrestre. Su órbita tiene un movimiento retrógrado, es decir, opuesto a su dirección primaria de rotación, a diferencia de cualquier otro satélite importante del Sistema Solar. A pesar de su temperatura extremadamente fría, tiene una atmósfera de nitrógeno con algo de metano y una cierta neblina. También muestra una activa superficie de géiseres que arrojan una materia subterránea desconocida; el segundo, Nereo (descubierto en 1949), tiene un diámetro solo de unos 320 km. La sonda planetaria Voyager 2 descubrió otros seis satélites en 1989 y tres que fueron encontrados en 2003, por medio de imágenes obtenidas con poderosos telescopios ubicados en observatorios terrestres. Además de estos satélites, Neptuno posee un sistema de 4 anillos estrechos, delgados y tenues, difíciles de distinguir desde telescopios terrestres. Se formaron a partir de partículas de polvo, arrancadas de las lunas interiores por los impactos de meteoritos pequeños.
Nuevos hallazgos en el Sistema Solar:
En noviembre del 2003, los astrónomos detectaron la existencia de lo que podría ser el décimo planeta (recordemos que en ese tiempo, Plutón era considerado un planeta, hasta que lo despacharon de su puesto al ser muy pequeño, y orbitar en la misma órbita de su supuesto satélite natural Caronte) del Sistema Solar. Este ha sido llamado Sedna, como la diosa inuit (esquimal) del océano.
Sedna gira en torno al Sol, mucho más allá de Plutón, prácticamente el doble que se separa Plutón de nuestro planeta.
Su volumen es aproximadamente unas 3/4 partes que el de Plutón. Es, sin embargo, mayor que otros dos planetoides descubiertos en el 2004: DW y Quaoar (bautizado con el nombre de un dios del submundo de los indios de Los Ángeles).
El descubrimiento de estos objetos celestes ha llevado a los científicos a replantear la estructura del Sistema Solar, dividiendo a los planetas en mayores y menores. Los planetas mayores son: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno; los cuatro primeros son los interiores, pequeños, sólidos, y con escasos satélites; los cuatro últimos son los exteriores, gigantes, gaseosos, con abundantes satélites y sistemas de anillos.
Los planetas menores son cientos de astros pequeños que giran alrededor del Sol en forma aislada o formando parte de agrupaciones, como el cinturón de Asteroides, que se encuentra entre Marte y Júpiter; el Cinturón de Kuiper, que está más allá de Neptuno y la Nube de Oort, un conjunto de cometas que se encontraría a mitad de camino entre el Sol y la estrella más cercana. Desde esta perspectiva, Plutón, Sedna y los planetoides 2004 DW y Quaoar serían algunos de la inmensa cantidad de planetas menores que conforman el Sistema Solar.
Extrapolares o Extrasolares:
Son los planetas que giran en torno a otras estrellas, es decir, no pertenecen a nuestro sistema planetario.
Tal vez sean numerosos, pero resultan muy difíciles de detectar; hasta ahora, los astrónomos han utilizado métodos indirectos para hacerlo, tales como calcular la masa del planeta por las alteraciones que causa en el movimiento de su estrella, debido a la atracción gravitacional que ejercen sobre ella, o a través de las variaciones de luminosidad de la estrella cuando el planeta pasa delante de ella.
Los avances en la tecnología de observación astronómica han permitido incluso captar sistemas planetarios en formación alrededor de lejanas estrellas. Los planetas se originarían a partir de discos de polvo y gas que aparecen alrededor de las estrellas, igual como se constituyó nuestro propio Sistema Solar. Situaciones como estas se han logrado observar y fotografiar con telescopios modernos de alta resolución, como el espacial Hubble.
En la última década del siglo XX se descubrieron los primeros planetas extrasolares, algunos de un volumen comparable al de Júpiter. Estos orbitan en torno a las estrellas 52 Pegasi, 47 Ursae Maioris y 70 Virginis, todas ellas semejantes al Sol. Al terminar el siglo pasado, los hallazgos de planetas extrasolares se elevaban ya a unos 20.
En los primeros años de este siglo se han encontrado muchísimos nuevos planetas extrasolares, algunos de ellos conformando sistemas planetarios.
Hoy se reconocen cerca de 150 planetas extrasolares en más de110 sistemas planetarios. Muchos de estos descubrimientos se deben al trabajo hecho desde el observatorio espacial Hubble, que ha aportado la mayoría de la información que se tiene sobre planetas y sistema planetario fuera de nuestro Sistema Solar.
Otros cuerpos celestes:
Asteroides: son pequeños cuerpos rocosos que se mueven en órbitas, especialmente conformando un cinturón entre las órbitas de Marte y Júpiter. Estos miles de pequeños astros pueden tener dimensiones muy variadas, desde Ceres, con un diámetro de 1000 km, hasta granos microscópicos.
Los cuerpos más pequeños que orbitan el Sol se llaman meteroides. Ocasionalmente, son atraídos por la gravedad terrestre y atraviesan la atmósfera, estrellándose contra la Tierra; a estos cuerpos se les llama meteoro. Este fenómeno se puede observar en el cielo nocturno como un rayo de luz provocado por la entrada del meteoro a la atmósfera terrestre. Su luminosidad se produce cuando comienza su vaporización, al momento de rozar la atmósfera terrestre a gran velocidad. A veces tienen la forma de una bola de fuego seguida de una estela de luz, como la de un cometa; también, en ocasiones, pueden hacer explosión con un fuerte sonido.
Los fragmentos de meteoros han resistido el impacto con la atmósfera y han alcanzado la superficie de la Tierra o de otro planeta en forma sólida se denominan meteoritos. En nuestro planeta, se han encontrado meteoritos ferrosos, compuestos fundamentalmente de hierro y pequeños porcentajes de otros metales; pétreos, que son meteoritos rocosos formados por silicatos; y pétreo-ferrosos, que contienen proporciones de roca y de hierro.
Cometas: son pequeños astros, generalmente formados por roca y hielos, que giran alrededor del Sol. En ciertos tramos del recorrido de su órbita se acercan al Sol, lo que produce una elevación de su temperatura; esta provoca el desprendimiento de vapores y polvo, formando la larga y luminosa cola que les otorga la espectacularidad con la que son vistos en el espacio. Las órbitas de los cometas son muy variables: a veces son desviados por las fuerzas gravitacionales hacia el Sistema Solar interior; cuando se acercan a Júpiter, pueden ser atraídos por su potente campo gravitatorio, adoptando ocasionalmente órbitas mucho más pequeñas. El cometa más conocido es el Halley, que retorna cada 75 años. Su último acercamiento a la Tierra ocurrió en 1986. En ocasiones, se producen colisiones entre cometas y otros cuerpos celestes. En 1994, fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 se estrellaron contra Júpiter a una enorme velocidad, lo que produjo explosiones gigantescas, formándose bolas de fuego más grandes que la Tierra. Respecto al origen de los cometas, actualmente se hipotetiza que estos corresponden a residuos de material planetario que datan de los orígenes del Sistema Solar y que en su mayoría conforman un anillo que rodea al Sol más allá de la órbita de Plutón; esta es la llamada Nube de Oort.
Meteoritos: los meteoritos so cuerpos u objetos que giran alrededor del Sol o que se encuentra en el espacio interplanetario, y cuyo tamaño es demasiado pequeño como para se considerados asteroides o cometas.
Cuando estos cuerpos son atraídos por la gravedad terrestre y atraviesan la atmósfera, se produce el fenómeno llamado meteoro o estrella fugaz, que es un destello luminoso provocado por la incandescencia, generado por el roce del objeto con la atmósfera, dando la apariencia de una "estrella que cae". Generalmente, en ese proceso de contacto y fricción con la atmósfera, el objeto se desintegra completamente.
Los fragmentos rocosos que sobreviven al atravesar la atmósfera de la Tierra hasta llegar al suelo reciben el nombre de meteoritos. El paso de los meteoros por la atmósfera va acompañado de un fuerte estruendo o ruido. Su velocidad inicial es de 30 a 60 km por segundo, pero disminuye rápidamente en muy poco tiempo y se calcula que a partir de los 20 ó 40 km de altitud llegan al suelo en caída libre. La mayoría de los meteoritos que arriban a la superficie terrestre pasan inadvertidos porque caen en zonas deshabitadas, como océanos o desiertos. A diferencia de los más grandes, que pueden llegar a hacer un cráter de notable tamaño al chocar contra el suelo. Se ha calculado que cada año caen en nuestra atmósfera más de 20 mil toneladas de material del espacio. Alrededor del Sistema Solar hay, además, innumerables granos de polvo que giran formando una nube. Estas pequeñas partículas se llaman micrometeroides y proceden principalmente de asteroides y de cometas.